miércoles, 29 de febrero de 2012

PROBLEMAS EN LA EDUCACION EN MEXICO

La alternancia en la dirección de la SEP  ofrece una oportunidad para repasar los problemas fundamentales que enfrenta la educación nacional —corriendo el riesgo, desde luego, de ser esquemáticos—. Son los siguientes:

1. El sistema educativo, en su conjunto, produce bajos rendimientos en aprendizaje (hecho que se ha probado abundantemente, aunque faltaría agregar evidencias en el nivel superior).

2. La educación en su conjunto funciona en paralelo, al margen, de las necesidades económicas, políticas y culturales de la nación.

3. Se han creado dos redes escolares que dividen a la sociedad mexicana: a) la red privada para el servicio de la clase media y rica, y b) la red pública que atiende a hijos de trabajadores y empleados medios.

4. A su vez, la calidad de los servicios educativos públicos es muy desigual entre las zonas urbanas y las rurales (e incluso dentro de las mismas zonas urbanas).

5. En educación básica existe un excesivo centralismo en materia de decisiones (destacadamente en finanzas y planes de estudio). Urge una auténtica descentralización.

6. El financiamiento de la educación en todos sus niveles debe fundarse en criterios precisos y explícitos que se basen en las necesidades creadas y bajo un principio compensatorio para las entidades con mayor rezago.

7. Los servicios educativos básicos del Distrito Federal no son manejados por las autoridades políticas locales, sino por la SEP .

8. La sociedad está excluida de la gestión del sistema educativo. Los acuerdos 260 y 280 despojaron de todo poder de decisión a los consejos de participación social, de tal modo que la educación quedó como una esfera aislada —burocrática— de la sociedad.

9. Las relaciones laborales se rigen por instrumentos legales obsoletos y es urgente una modernización en esta materia que imponga con rigor límites a la intervención del SNTE y que establezca las relaciones laborales en el ámbito estatal de forma que la sociedad tenga mayor control sobre la educación.

10. El eje de esa modernización debe ser el deslinde de las relaciones entre autoridades y trabajadores, de forma que se distribuyan con claridad las responsabilidades de cada parte. En la actualidad existe una gran confusión en este concepto.

11. Es evidentemente absurdo que el SNTE decida quién va a dirigir la educación nacional y que intervenga incluso para definir unilateralmente la agenda educativa del país.

12. El SNTE necesita modernizarse y democratizarse. Debe dejar de ser una organización corporativa de filiación obligatoria para convertirse en un gremio de adherencia voluntaria y libre. Sus decisiones deben tomarse democráticamente de modo que la acción los líderes responda a la voluntad de los miembros del sindicato. La estructura “nacional” ha limitado el control de la base sobre los dirigentes sindicales y ha permitido que se incremente la corrupción de la cúpula.

13. Debe haber total transparencia en las relaciones de la SEP con el SNTE. No deben darse “acuerdos secretos”. Las transferencias de grandes cantidades de dinero de la SEP hacia el SNTE que carecen de justificación estricta, deben detenerse.

14. El SNTE es hoy por hoy una “empresa” gigantesca y mutimillonaria manejada arbitrariamente por sus dirigentes. Urge que haya, periódicamente, rendimientos de cuentas.

15. Para respetar la voluntad plural de los miembros del gremio, los líderes sindicales del SNTE no deben vincularse, mucho menos patrocinar, ninguna organización política (como hoy ocurre con la profesora Elba Esther Gordillo y el Panal).

16. Ninguna política educativa definida desde la cúpula y desde el centro y sin consultar a los docentes (caso de la llamada Alianza por la Calidad de la Educación) podrá jamás tener éxito en la práctica. En educación básica (y normal) debe operar un sistema de gestión “desde las escuelas” (o desde “las comunidades educativas”, tomadas éstas en serio).

17. La oferta en educación media superior y en educación superior debe incrementarse aceleradamente para ofrecer oportunidades de estudio a las nuevas generaciones. Asimismo, debe aumentar el número de becas.

18. Se debe pugnar por hacer de la educación superior un sistema flexible y rico en su oferta de estudios con el fin de garantizar que aumente la matrícula en las carreras científicas y tecnológicas.

19. Debe haber una política “global” de Estado en materia de producción e intercambio de conocimientos y recursos humanos.

Esta lista, desde luego, no pretende ser exhaustiva y me propongo sustentarla y desarrollarla en próximas entregas.

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